Los logros a mediano y largo plazo de una empresa, no dependen de una buena idea -como las startups Airbnb, Uber o la chilena Cornershop-, sino que se deben a las habilidades, conocimientos y experiencia de sus fundadores y del equipo que trabaja con ellos.

Jorge Contreras, director ejecutivo de Dominus Capital asegura que: “una buena idea viene a resolver una necesidad del mercado, funciona a mediano y largo plazo y es escalable. Para reconocer todos estos atributos y alcanzar los objetivos que se vayan proponiendo, los emprendedores necesitan habilidades desde el inicio y desarrollar otras que adquieren sobre la marcha, acompañados por un buen equipo”.

Un estudio de la consultora TTI Success Insights realizado a un grupo de emprendedores a nivel mundial, arrojó que las principales aptitudes que presentan este tipo de personas son la persuasión, liderazgo, responsabilidad personal, orientación hacia objetivos y habilidades intrapersonales.

Si bien no existe un perfil específico para determinar si una persona es o no emprendedor, “está claro que deben desarrollar y fortalecer sus habilidades, saber buscar fondos, administrar el capital, despertar el interés de inversionistas, conocer a detalle el desempeño financiero y comercial de la empresa, y medir la operación, por mencionar algunos puntos”, destaca Contreras.

En conclusión, una buena idea es el origen de un emprendimiento, pero para que éste alcance el éxito es necesario que los emprendedores se mantengan en ese rol, no desanimen ante altibajos y adquieran el conocimiento y las habilidades adecuadas para escalarlo.