Existe una serie de contratiempos que dificultan o retrasan la disponibilidad de suelo para desarrollar proyectos inmobiliarios en densidad.
Según explicó Manuel Riquelme, ejecutivo de Dominus Capital a Diario El Mercurio, por ejemplo una de las mayores dificultades que afectan a las inmobiliarias para el desarrollo de su negocio son los congelamientos de los planos reguladores en algunas comunas.
A su vez, dice, “muchas veces propiedades atractivas para el negocio inmobiliario pertenecen a una sucesión o una familia en la que que por diversas circunstancias la relación familiar es compleja, lo que les impide ponerse de acuerdo con respecto a qué hacer con la propiedad y, más complicado aún, acordar un precio de venta de un bien que para muchos es de un valor incalculable, dados los recuerdos y vivencias familiares que se tuvieron en dicha propiedad. Ello va limitando seriamente las alternativas inmobiliarias”. Y en ocasiones, asevera, hay problemas de deslindes con los vecinos, lo que dificulta las transacciones. Por otra parte, indica, hay dificultades que dicen relación con ciertas prácticas de los intermediarios.
“Existen corredores o intermediarios que dicen tener el mandato de venta de un propietario y no lo tienen; otros que firman promesas de compraventa con los propietarios con la intención de ceder la promesa y no con el objetivo de desarrollar un proyecto inmobiliario, y también hay personas que no conocen bien el negocio y ofrecen precios de compra a los propietarios que no son acordes a los valores de mercado, distorsionando los valores de compra”.
Asimismo, asevera, existen ciertos contratiempos asociados a quienes venden.
También, dice, en muchas oportunidades, una vez presentada la oferta por la inmobiliaria -la que puede ser verbal o formal mediante una carta de intención de compra- en la que acepta las condiciones indicadas por el corredor, no se logra el cierre del negocio, ya que uno o más propietarios deciden subir el precio de su propiedad a último momento.
Por este motivo y otros, señala, actualmente las inmobiliarias están optando por no enviar cartas de ofertas, porque se favorece un espiral de contraofertas de otras inmobiliarias, lo que en la práctica incrementa de manera considerable el valor del paño que se está comprando.
Y para finalizar, señala que una vez aceptada la oferta por parte de los vendedores, no es raro que una de las propiedades que conforman el paño tenga problemas en sus títulos de propiedad, lo que si bien es posible de arreglar, encarece los costos de las inmobiliarias, ya que atrasa la partida del proyecto inmobiliario.
Fuente: Diario El Mercurio